Para muchos niños, saltar en un trampolín es uno de los momentos más emocionantes al jugar afuera. Puede ser muy divertido saltar arriba y abajo en una superficie suave y elástica. Aquí, les vamos a contar sobre la experiencia de saltar en un trampolín.
La primera vez que pones un pie en un trampolín, puedes sentir cómo todo tu cuerpo se prepara para saltar. Chu chu chu chu chu chu chu chu Luego, cuando comienzas a saltar, ese mismo trampolín te impulsa de nuevo hacia arriba, cada vez más alto. La alegría de saltar es experimentarte a ti mismo elevándote, sin peso, hacia el cielo. ¡Es volar sin alas!
Saltar en un trampolín NO es solo para moverse hacia arriba y hacia abajo y NUNCA se trata solo de divertirse con amigos y familiares. Puedes jugar a la rayuela o ver quién salta más alto. La diversión de brincar juntos y compartir risas y carcajadas con otros.
A medida que te vuelvas mejor en saltar, podrás aprender algunos trucos increíbles. Puedes experimentar con volteretas, giros en espiral y vueltas en el aire para mostrar tu habilidad. El arte del truco en el trampolín añade una nueva dimensión de diversión y desafío para todos aquellos que les gusta rebotar hacia arriba, arriba y lejos.
Mientras te elevas más y más alto, podrías experimentar una oleada de adrenalina. Tu pulso se acelera con la emoción mientras intentas saltar aún más alto. Pasas de la emoción de saltar, sintiéndote como si estuvieras en lo más alto del mundo, a que absolutamente nada pueda detenerte.
No hay un sentimiento de libertad comparable al que experimentas cuando rebotas en un trampolín, algo que no encontrarás en ningún otro lugar. Solo hay tanto que puedes hacer y luego simplemente necesitas soltarte y rebotar arriba y abajo. La libertad de volar te permite hacer una declaración de manera divertida y sencilla.